Por José Alfonso Laínez V.
La innovación
La Innovación ha sido desde siempre parte intrínseca de la naturaleza humana. Es gracias a la Innovación que el conocimiento y la ciencia han sido siempre incrementales en el tiempo y han permitido toda clase de avances en la función transformadora de la realidad. Desde que el hombre fabricó la primera herramienta que le permitió realizar un trabajo de forma más eficaz, no ha parado de descubrir e innovar sobre cómo hacer nuevas labores y mejorar las ya existentes.
Aunque la Innovación ha sido un acto natural de la humanidad, hay una conciencia generalizada que la misma está reservada sólo a personas muy inteligentes, calificadas a menudo como “genios”. Sin embargo, los estudiosos del tema han encontrado que la Innovación no es sólo un mero acto creativo, sino un proceso sistemático que puede ser aprendido y replicado, tanto por personas como por organizaciones.
La Gestión de la Innovación
En países más avanzados la “Gestión de la Innovación” cuenta con estructuras sociales formales destinadas a generar Innovación. Por ejemplo, existen asociaciones que basan su accionar innovador en tres pilares fundamentales:
- Los Entes Innovadores, que fundamentalmente están representados por las universidades e institutos técnicos.
- Los Inversionistas de capital de riesgo, llamados a menudo “ángeles inversionistas”, conformados por inversionistas privados interesado en desarrollar nuevos negocios o por la empresa privada que puede convertirse en cliente potencial de los mismos productos o servicios desarrollados por los entes innovadores.
- Una estructura de apoyo a la incubación y comercialización, que va desde modelos de “incubadoras de empresas” que fortalece lo suficiente para sobrevivir por sí mismas, hasta “Aceleradoras”, que ayudan a la internacionalización y crecimiento cuántico de empresas exitosas, que de otra forma, muy difícilmente podrían saltar a la palestra mundial de negocios.
Aunque la estructura de los pilares se mantiene, la forma cambia un poco de país en país. En algunos casos de Latinoamérica, como el de Chile, los Ángeles Inversionistas cuentan con fondos del estado, para disminuir el riesgo y ayudar a sobrevivir el famoso “valle de la muerte” (etapa normal en cualquier empresa o producto que es lanzado al mercado); en otros casos como el de Irlanda, el estado ha organizado una red de empresas irlandesas desperdigadas por el mundo, de forma que cuando un nuevo producto ve la luz, inmediatamente tiene un canal de comercialización disponible que asegura que el producto llegue al consumidor final.
La Innovación orientada al mercado.
En todos los casos se cumple el axioma desarrollado por el Centro de Comercio Internacional de Ginebra: “hay que producir algo que se pueda comercializar y comercializar lo que se puede producir”. Esta frase, utilizada también por los famosos hermanos Gallo se supone que fue la base del éxito de Gallo Winery, es a todas luces muy lógica, sin embargo, las empresas en el mundo la incumplen de alguna forma todos los días, produciendo productos que no se comercializan en los mejores nichos o segmentos de mercado, mientras que existen muchas necesidades que no están siendo satisfechas todavía por ninguna compañía.
En este punto, “orientar la innovación al mercado”, implica en realidad cambiar fundamentalmente el orden: se debe partir del mercado como generador de ideas a través de las cuales encontrar como satisfacer las necesidades identificadas. Ese es el principal reto de la Innovación hoy en día, la cual aplica tanto al modelo de negocios como al producto en sí mismo, ya sea este tangible o intangible, como es el caso de los servicios.
Innovación y Emprendedurismo
Es así como el Emprendedurismo, para que sea exitoso, debe tener un fuerte contenido de innovación. Es más, el Emprendedurismo como filosofía está trascendiendo su limitante etimológica: creación de nuevas empresas, para convertirse en una clara competencia, buscada y valorada las empresas hoy en día que necesitan reinventarse constantemente, adaptarse al vertiginoso ritmo de cambio del mercado, lo cual es sólo posible si se incorpora a la empresa a verdaderos emprendedores.
Cada día se tiene una mayor conciencia de la necesidad de aprender a innovar, generar nuevos productos para satisfacer necesidades y encontrar nuevos nichos de mercado para los productos existentes –aun cuando en ocasiones, haya que hacer someras o graves modificaciones. En este momento, juega un papel muy importante la estrategia de segmentación y posicionamiento, dado que a través de su metodología, se desarrolla precisamente la esencia del quehacer de marketing: identificar el mercado, segmentarlo, elegir el segmento o los segmentos a atender y buscar un posicionamiento que la competencia no pueda igualar.
En la actualidad las empresas no dirigen este proceso de “Segmentación y Posicionamiento” de forma consciente, o por lo menos, no suelen hacerlo de forma científica. Es a través de prueba y error que las empresas van posicionando sus productos en los mercados y sus target de mercado se generan más bien a partir de la selección natural. Prueba de ello son las compañías cuyos productos tienen diferentes posicionamientos en diferentes mercados. Aunque exitosas, sus estrategias de Segmentación/Posicionamiento no son del todo dirigidas, sino más bien consecuencia de su accionar mercadológico el cual erróneamente, trata de dirigirse a todo el mundo, en vez de apoderarse de nichos y creando “monopolios competitivos” u “océanos azules” (conceptos acuñados, el primero por el CCI de Ginebra, con gran correspondencia al segundo, propuesto por Kim & Melbourne).
Innovación & Design Thinking
La “Innovación orientada al mercado” como base del Emprendedurismo, requiere varios retos, entre ellos, es necesario dominar precisamente el proceso de análisis y entendimiento de los mercados, tanto como técnicas de innovación. La respuesta a estos retos se concentra en las prácticas novedosas de Design Thinking, que dotan al proceso de innovación con herramientas de comprensión íntima del mercado, como el uso de “Mapas de Empatía”, que incorpora al mismo consumidor en el proceso de diseño, o herramientas de innovación per se, como la técnica SCAMPER.
El postgrado en Emprendedurismo bajo la filosofía Innovación & Design Thinking
En definitiva, el término Innovación se ha popularizado y despertado inquietud en varios ámbitos profesionales, volviéndose un imperativo dominarlo hoy en día e implantar el proceso de aprendizaje innovador dentro de los ejecutivos y dentro de la empresa. Sin embargo, no basta con hacer innovación y crear nuevas empresas, también es importante proteger la innovación, crear barreras que impidan el ataque de la competencia mientras la empresa aun es pequeña y débil.
Las estadísticas son lapidarias, según Mark Zwilling: “En México, 8 de cada 10 empresas fracasan antes de cumplir los 5 años, y el 90% de las Pymes no sobreviven los 10 años”, lo que implica que los nuevos empresarios deben encontrar formas sostenibles de hacer negocios, no sólo de empezarlos, de mantener la innovación, no sólo comenzarla y de escalar su negocio, no sólo establecerlo.
El Postgrado en Emprendedurismo basado en Innovación orientada el Mercado y Design Thinking, responde perfectamente a esta necesidad, sentando las bases sólidas del proceso innovador, con un fuerte componente mercadológico, en otras palabras, orientando la innovación hacia oportunidades claras de mercado que generen rentabilidad a mediano y largo plazo. Luego se estudia cómo como protegerlo legalmente, financiarlo para completar el ciclo con el objetivo más importante, comercializarlo de manera exitosa y sostenida en el tiempo.